martes, 1 de febrero de 2011

Bares, qué lugares tan gratos para conversar. No hay como el calor del amor en un bar.

La mayoría de la gente ama salir de fiesta con sus amigos. La razón es muy sencilla: nos descontrolamos bailando música que no escuchamos jamás pero se vuelve motivadora de repente, hablamos con gente inimaginable, vivimos momentos inolvidables con nuestros amigos de toda la vida, decimos frases que pasarán a la historia, brindis que se olvidan y a su vez se repetirán una y otra vez... Todas estas cosas hacen las noches especiales, sin embargo hay cosas malas. Pero, ¿para qué mencionarlas? Los días de fiesta son para celebrar y recordar, no para amargarnos con malos momentos. Por eso quiero que sea sábado. Porque solo dejaré que me amargue la noche el whiskey.

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